Después
de que Cristóbal Colón descubrió América el 12 de octubre de 1492, se
formalizó que los europeos colonizadores Ingleses, españoles, Portugueses,
Holandeses, Franceses y más tarde en el plano económico los Alemanes; tomaran
posesión de lo que conforman los países Latinoamericanos y del Caribe.
La
mayoría de estos profesaban para la época la religión católica; excepto los
Ingleses y Holandeses que practicaban la religión o doctrina protestante; que
no es otra cosa que el mismo cristianismo y que a finales del siglo XIV y
principios de siglo XV, estaba teniendo una transformación, que en la historia
se conoce como la época de la reforma de la cual se origino un cristianismo
menos litúrgico y de mayor investigación científica sobre lo escritos de la
Biblia, antes llamada Sagradas Escrituras.
La
Cultura Occidental debe a San Jerónimo,
quien estuvo en Palestina y aprendió las lenguas de los arameos, cananeos,
hebreos, griegos, entre otras lenguas antiguas, en las cuales estaban escritas
las Sagradas Escrituras.
Al
regresar a Roma, él junto a un equipo de colaboradores y con apoyo de Papa
Damaso I, transcribió todos los libros sagrados y los colocó en el idioma
universal de la época el cual era el Latín, así hizo un solo compendio de todos
los libros que en lo sucesivo se llamaría
Biblia Vulgata, ésta fue leída por toda la Iglesia durante quince siglos
y aún hoy es investigada para su correcta traducción del Latín a las lenguas
románticas y modernas de todo el mundo cristiano.
Una
vez colonizada América, la iglesia usó la figura de la encomienda ordenada por
el Papa, para la enseñanza de la religión cristiana, los encomenderos oficiaban
en latín porque era la lengua más
organizada para la época, luego con la Reforma del Siglo XV, se pudo tener la
Biblia en idiomas romances.
Los clérigos tuvieron que aprender a traducir
el latín para que el pueblo entendiera algunas oraciones.
Con
esto no se pretende disculpar a la Iglesia por sus excesos, pero si reconocer
la labor que asumió para que hoy podamos tener acceso libre a la Biblia.
Por:
JORGE BUITRAGO
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